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Erica J. solía pesar 339 libras. Recuerda sentirse frustrada por no poder seguir el ritmo de sus hijos.
“Me costaba mucho sacarlos a pasear”, señala Erica. “Me convertí en la madre que se sentaba a un costado en las fiestas de cumpleaños y saludaba y tomaba fotos y me decía a mí misma que estaba bien. Pero no era así”.
“Como madre, sé que necesitaba casi permiso para cuidarme a mí misma”, dijo.
“Había probado probablemente todo tipo de dietas, todo tipo de cosas nuevas que salían, y perdía peso. Perdía entre 50 y 70 libras y volvía a recuperarlas”, cuenta Erica.
Su médico la animó a explorar la idea de la cirugía de pérdida de peso. Eso la llevó al Centro de Cirugía Bariátrica de Salem Health.
“Cuando conocí al Dr. Rajan Nair, me dijo algo que siempre voy a recordar. Me dijo: ‘Tu genética juega en tu contra. ¿Por qué no utilizamos una herramienta que te ayude a perder peso?’. Y aquí estoy, dos años más tarde, con 162 libras menos, sintiéndome fantástica”, dice Erica.
“Nunca pensé que pudiera sentirme tan bien. No sentir dolor todos los días, ni al caminar ni al realizar actividades sencillas como ducharme, es un regalo increíble”, afirma Erica.
Dice que está agradecida por la atención que recibió en el Centro de Cirugía Bariátrica de Salem Health.
“El personal era como de la familia. Si ese maravilloso personal no hubiera estado allí para apoyarme, me habría derrumbado”, manifestó Erica.
Erica también descubrió que, sorprendentemente, se ha convertido en un modelo a seguir.
“Veo que los miembros de mi familia, los que me rodeaban y me apoyaban, se están cuidando mejor”, dice Erica.
Ella espera, a la larga, inspirar a otras personas para que consideren la opción de una cirugía de pérdida de peso.
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