Ahora solo quería dos cosas: casarse con el amor de su vida y regresar al pueblo donde creció en México.
Miguel sabía que estaba muriendo. Ahora solo quería dos cosas: casarse con el amor de su vida y regresar al pueblo donde creció en México. Los dos planes sonaban imposibles.
Pero no era imposible para el personal del Hospital Salem. Ser paciente con cáncer durante 41 días no fue una barrera, gracias a su enfermera Maricela Vasquez-Cortex y a las administradoras de atención Sheri Aguilar y Amy Ward.
En solo un par de días, transformaron la terraza acristalada cerca de la unidad de oncología en una capilla íntima para bodas. Trajeron a un sacerdote de habla hispana, Leo Pasca de la Iglesia Católica de St. Joseph, decoraciones y un pastel del Konditorei de Gerry Frank.
Con su hija cerca, Miguel y Bella intercambiaron anillos y votos mientras el fotógrafo de Salem Health, Tim Lamberson, capturaba el momento. La familia voló a México a la mañana siguiente con ese preciado recuerdo.
Las unidades de Oncología, Cuidados Paliativos y Espiritual de Salem Health mostraron una compasión extraordinaria en un momento en la que tantos obstáculos podrían haber negado a Miguel su último deseo. ¡Les damos las gracias por este acto especial de heroísmo!