Todo comenzó de manera bastante inocente. Chloe D. notó una sensación de hormigueo en las manos y los pies. Lo que sucedió después fue nada menos que una pesadilla.
Todo comenzó de manera bastante inocente. Chloe D. notó una sensación de hormigueo en sus manos y pies. No era dolorosa, pero sí lo suficientemente extraña como para llamar su atención. "Me había sometido a una cirugía apenas dos semanas antes, y me preguntaba si podría ser una complicación", dijo. "Llamé a mi médico, y me urgió a ir a la sala de emergencias."
Una búsqueda de respuestas
El equipo médico de la sala de emergencias del Hospital Salem realizó una serie de pruebas a Chloe. Pero los resultados fueron inconclusos, así que se fue a casa. A medida que avanzaba la noche, quedó claro que algo estaba terriblemente mal.
Chloe se despertó con un dolor severo en la espalda. "Cuando intenté levantarme para ir al baño, no pude caminar. Estaba arrastrándome por el pasillo, luchando, cuando mi pareja se despertó y me vio. Me dijo, 'Te vamos a llevar de vuelta' — y ese fue el último momento que recuerdo claramente."
Un descenso repentino
Lo siguiente que supo Chloe es que fue ingresada en el Hospital Salem. Al día siguiente, había llegado a una insuficiencia respiratoria y necesitaba ser intubada para poder respirar. "Mi cuerpo me había traicionado. Perdí la capacidad de mover cualquier parte de él, incluido el diafragma, lo que significaba que ni siquiera podía respirar por mí misma", dijo.
Los médicos de la unidad de cuidados intensivos del hospital comenzaron de inmediato un tratamiento salvavidas para Chloe mientras se centraban en un diagnóstico. Cuando Chloe despertó días después, solo podía parpadear. "No podía girar la cabeza ni mover ninguna otra parte de mi cuerpo", dijo. Los médicos le diagnosticaron el síndrome de Guillain-Barré, un raro trastorno neurológico en el que el sistema inmunológico del cuerpo ataca los nervios.
El largo camino hacia la recuperación
Chloe pasó tres semanas en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Salem, donde el equipo médico trabajó incansablemente para estabilizarla. Una vez estable, fue trasladada a un hospital especializado en el norte de Portland para comenzar el arduo proceso de dejar el ventilador y recuperar el movimiento.
Fue un viaje dolorosamente lento. Chloe pasó tres semanas en ese hospital antes de ser trasladada a un centro de rehabilitación especializada en Mount Angel. "Finalmente, tuve la suerte de regresar al Hospital Salem para rehabilitación hospitalaria, donde el enfoque estaba en el tratamiento intensivo y la terapia", dijo.
El poder de la persistencia
En terapia, cada día era un nuevo desafío para Chloe. "Recuerdo que un día, me presentaron una colchoneta de yoga. Aún no podía caminar en ese momento. Cuando el terapeuta sugirió yoga, pensé, 'No estoy lista para esto — no soy lo suficientemente fuerte'. Pero les confié a ellos."
Chloe dice que, para su sorpresa, fue capaz de realizar una Secuencia de Saludo al Sol, una secuencia fluida de posturas de yoga. "Fue como un milagro — otra pequeña victoria en mi viaje hacia la recuperación. La gratitud que sentí por la sanación de mi cuerpo y la persistencia de mis terapeutas fue abrumadora", dijo.
Recuperando la independencia
Uno de los momentos más increíbles para Chloe llegó cuando dio sus primeros pasos sin asistencia en rehabilitación hospitalaria. "Después de meses sin poder caminar, ese pequeño acto se sintió monumental", dijo.
Una vez dada de alta, Chloe continuó trabajando con el equipo de rehabilitación ambulatoria del Hospital Salem. Desde entonces, se graduó de terapia del habla y terapia ocupacional — y continúa trabajando en su fuerza, equilibrio y estabilidad con la terapia física.
Abrazando una nueva normalidad
"Cada caso de SGB es diferente, y para mí, la fatiga y el dolor aún persisten", dijo Chloe. Los expertos le dijeron que la sanación puede continuar durante hasta dos años desde el inicio de los síntomas.
"Estoy agradecida cada día de poder levantarme, caminar sola, mover mi cuerpo y disfrutar de la vida", dijo. "Aunque inicialmente quería regresar a mi antigua normalidad, me doy cuenta de que estoy viviendo una nueva normalidad. Requiere mucha energía mental gestionar la vida de esta nueva manera, pero me estoy adaptando."
No estás sola
Chloe dice que está compartiendo su historia porque es personal y delicada, y espera que sea útil para otros. "Si alguien más está recorriendo este camino, quiero que sepa que no está solo. La recuperación es posible, incluso si eso significa abrazar una nueva versión de ti mismo."
Aprende más sobre el programa de rehabilitación hospitalaria de Salem Health en
salemhealth.org/inpatient-rehab.